06-10-2016
Con 26 años, es uno de los integrantes del curso que UTTA junto al Ministerio de Trabajo de La Nación organiza en el Hipódromo de Las Flores, con el objetivo de formar peones de turf. Rubén Dario semanalmente recorre los casi 100 kilómetros desde su hogar en Rafaela para asistir a las clases “el viaje casi no lo siento porque vengo a aprender lo que me gusta”, confiesa.
Ya es primavera y el clima agradable acompaña, la segunda de las diez clases previstas, uno de los primeros alumnos en llegar es Jara. Con su ejemplo, en épocas donde para los jóvenes la palabra aprender no parece estar entre sus predilectas, el caso de Jara conmueve porque se lo nota con ganas "siento que puedo llegar lejos y estar al lado de los caballos es algo único”, dice, quién como la mayoría de los participantes tienen un vinculo previo en esta actividad. “Mi padre fue capataz del entrenador Roberto Pellegatta en Buenos Aires”, confirmando una vez más que la actividad hípica es una labor en general de herencia familiar.
El tiempo de espera en la terminal de ómnibus y la distancia; no parecen atentar contra su voluntad de conseguir el certificado de fin de curso UTTA, que se potencia ya que tiene la garantía que aporta el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. “Esta capacitación nos da posibilidades a muchos de nosotros de incluirnos laboralmente. Estoy muy agradecido a UTTA".
La vida laboral de su padre fue cambiando de destino. Tras un extenso periodo en Buenos Aires, se mudaron a Paraná y hace unos años toda la familia vive en Rafaela. “Por el tema de los caballos, con mi familia nos fuimos mudando a diferentes provincias, ahora que ya estoy más grande busco hacer mi propia historia, siempre ligado a las carreras” comenta Rubén.
Cuando llega el momento de la charla práctica, en la que el profesor Ramiro Zelko exhibe un caballo más que manso, para explicar la adecuada limpieza del pelaje y los cascos; los ojos de Rubén brillan de felicidad; está en su salsa, no hay dudas, esto es lo suyo, su pasión, su destino y no existe distancia alguna que lo detenga.