Verónica Romano volvió a ganar las elecciones que se realizaron en el Hipódromo de Hurlingham para elegir delegado de personal. “Es un gusto enorme poder cumplir esta función”, sostuvo tras conocerse el resultado.
Fueron sensaciones emotivas las que vivió Verónica Romano en un domingo más que especial. Por segunda vez lograba imponerse en las elecciones como delegada de personal en el conocido escenario de trote y no era un día más, ya que se celebraba el “Día de la Madre” y, entre las votantes, estaba Ailén; su única hija.
Recibió el apoyo de sus compañeras de trabajo, y al respecto sostuvo: “Se armó un lindo grupo. A la mayoría las conozco desde que eran niñas y venían con su familia a las carreras. Este deporte tiene como particularidad la enorme pasión y es un gusto poder cumplir esta función”.
Las que se dirigieron a las urnas fueron todas mujeres; las mismas están afiliadas al sindicato y desarrollan funciones dentro del hipódromo en la venta y pago de apuestas. Una de ellas es su hija de 22 años, siendo una linda particularidad ya que integra también ese grupo laboral. “No hay preferencias a la hora de designar tareas”, acota con cierta simpatía.
Verónica disfruta del trote la mayor parte de su tiempo. No sólo por ocupar un cargo de administrativa en Hurlingham, sino que es propietaria de un potrillo al que le tiene mucha confianza para un futuro inmediato. “Con una yegua competí en la Copa Criadores”, recuerda sobre un ejemplar que le permitió viajar a una competencia en la localidad cordobesa de Villa María. Ahora con este nuevo potrillo tiene otra posibilidad, la misma que le otorgaron sus compañeras como representante laboral.
