“La energía que necesita un caballo es la calma”

27-08-2018

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Esa definición pertenece a Diego D´Angelo, domador que estuvo a cargo de la jornada de capacitación organizada por la Unión de Trabajadores del Turf y Afines en el Hipódromo de San Francisco (Córdoba) y cuyo título de la temática a tratar fue “Comunicación Equina. Doma Natural y liderazgo protector”.

 

Cerca de quince años atrás, la Provincia de Córdoba había sido noticia por los incendios producidos en bosques nativos y, a raíz de ese problema, surgió la posibilidad de que Diego D´Angelo comience a utilizar sus conocimientos para entender el comportamiento de los caballos.

 

Para entender mejor de lo que se trata, este hombre de 57 años lo explica en forma certera: ”Cuando hubo una serie de focos de incendios en las sierras cordobesas había caballos salvajes, que estaba muy heridos y por su indocilidad sólo se podían curar si se le aplicaba anestesia total. Entonces, un grupo de veterinarios me convocó para que los pueda amansar y así poder tratarlos. Ahí empezó toda mi vocación”.

 

Lo suyo no arrancó de un día para el otro, sino que su vida estaba ligada con el mundo equino. “Fui entrenador de Sangre Pura de Carreras. Competí en los Hipódromos de San Isidro, Palermo y La Plata. Dejé ese rubro, pero nunca me alejé de este mundo. Entender el comportamiento del caballo es algo mágico”, cuenta quien reside en la tranquilidad que siempre entrega la localidad cordobesa de Tanti.

 

¿Hay alguna clave que se utiliza para entender el lenguaje del caballo?, es una de las preguntas que surgen en la conversación con D´Angelo y así responde: “Lo principal es evitar el maltrato. Siempre hay que tener en cuenta que el caballo es un ser vivo, con un lenguaje diferente. Hay que ser muy observador y considero que la energía que necesita es la calma”.

 

Es evidente que D´Angelo adoptó esta práctica como una forma de vida. Con sólo oírlo se lo puede definir como un hombre sereno, el mismo que ante un nutrido grupo de asistentes supo poner en práctica en el predio del Hipódromo de San Francisco lo que aprendió en una conjunción entre tiempo y pasión.